Centinelas de la mañana
No sólo una noche cada cierto tiempo, lo de centinelas es una actitud, una forma de estar, y de vivir... y es creativa. Durante la luz en la noche del sábado yo fui centinela de otra forma, acompañando a una compañera de clase hasta la puerta de la Iglesia de la Vera Cruz, donde nos esperaba el Señor; sin más, Dios dirá, Él es el que toca los corazones, ni Ana que la invitó, ni yo que la acompañé hasta la puerta y luego la acompañé de vuelta, ni Bea que le hizo la acogida. El Señor sabe cómo hace sus cosas, así leíamos esta mañana la lectura del Eclesiastés del Oficio de Lectura de la liturgia de las horas "todo tiene su tiempo..." El lunes por la mañana cogí el teléfono y llamé a las Carmelitas Descalzas cuyo convento está en nuestra diócesis desde que Sta. Teresa hiciese aquí su cuarta fundación; hace tiempo nos conocemos y también hacía tiempo que no iba a visitarlas. No os imagináis la alegría al escucharnos mutuamente la voz por el teléfono, y otra cosa más sorprendente aún, ellas ya estaban rezando por los centinelas de Valladolid, "acabo de escribir a la delegación de Pastoral Juvenil para felicitarles por la iniciativa y para decirles que rezamos por ellos" me dijo la Madre Capilla. Esta mañana fuimos temprano Ana y yo a visitarlas, a contarles la experiencia centinela y a llevarles las oraciones que se pusieron ante el altar la noche del sábado; y ellas felices de ponerle rostro a la oración. En sus oraciones estamos, también ellas nos hacen sentir esto de: "bienvenidos a casa".
Un fuerte abrazo amigos: Juan Carlos