Encuentro de verano: Camino de Santiago - Lourdes - Barbastro
Experiencia de camino, andar, superarse, compañerismo; experiencia de amor, protección de la Virgen María sobre el manto de Lourdes y experiencia de testimonio de fe, con los mártires de Barbastro. Varios jóvenes del encuentro nos cuentan cómo ha sido su experiencia:
Testimonio de Noemí Alonso: Fui al encuentro por recomendación de una amiga que me habló de estas experiencias, lo contaba con tanto entusiasmo que me contagió las ganas y la energía con las cuales me animé. Para mí esta experiencia ha sido algo más que gratificante, tanto conmigo misma como con el mundo. Lo calificaría como única e inolvidable. La sensación de sentirme siempre acompañada, querida y amada; desconectando del ritmo apoteósico que a menudo invade mi vida, ha sido totalmente espectacular e inesperada. Definir este encuentro con una sola palabra es imposible pero apostaría cualquier cosa a que lo llamaría “único”.
Nunca pensé que iba a encajar tan bien como lo hice, ni tan siquiera imaginé que las actividades fuesen a ser como fueron y su tan coordinada organización. La recomiendo porque ha sido al menor para mí, una experiencia que me ha aportado mucho en todos los sentidos. Considero que es importante abrirse a las propuestas nuevas porque nunca sabes lo que te pueden aportar, nada negativo puede sacarse de esta experiencia.
Testimonio de Mercedes Álvarez: Todos los años me apunto a la actividad de la pastoral, aunque hace dos años no pude ir a la anterior peregrinación, así que me hacía especial ilusión tener esta experiencia. ¡No podía faltar! Ha sido una experiencia increíble, no se ha parecido a nada a lo que habíamos hecho antes. Hemos tenido tiempo para caminar, reír, disfrutar, y por supuesto, rezar. Y todo esto lo he compartido con otras 49 personas increíbles, que son el pilar de cada encuentro. Este año éramos un grupo muy unido, nos ayudábamos en todo momento, y disfrutábamos mucho juntos. Con ellos también he compartido los momentos de oración y reflexión, que han sido parte importante del encuentro, y que me han ayudado a darme cuenta de que la fe es algo que se comparte, que mucha gente te acompaña en ese camino, y de las que puedes tomar ejemplo de vida cristiana, entregada a su fe. Un momento especial... no podía elegir uno. Creo que me quedo con el ambiente que ha habido en todo el encuentro. Esa necesidad de ayudar al otro sin importar quién es, y la sensación de conocer a todos desde hace mucho tiempo, aunque el encuentro haya durado unos días. Y sobre todo quiero valorar esa predisposición a la reflexión y a la oración, cada uno a su manera, pero todos reflejamos una fe increíble y muchas ganas de acercarse a Dios. Muchas veces, cuando nos juntábamos en grupos para reflexionar, nos sorprendía la profundidad y sinceridad de las palabras de algunas personas que pensábamos conocer y que se esforzaban por enseñar a los demás su forma de ver la fe, sin tapujos. Personalmente, todas y cada una de las personas de este encuentro han facilitado un ambiente precioso de amistad, sinceridad y amor que nos ha ayudado mucho a conocernos unos a otros, a nosotros mismos y a Cristo. El encuentro lo resumiría con la palabra “intenso” en el encuentro, las oraciones, las caminatas… nada ha sido leve y cada momento ha dejado huella en nosotros. El camino ha sido duro, intenso, pero cuando más cansado estabas, más ánimo tenías, gracias a la oración y a las palabras amables de todos los compañeros. Las reflexiones eran también intensas, y muchas veces, era difícil expresar lo que sentías, pero a mí me ha ayudado mucho a conocerme a mí misma y a los demás. Las oraciones y vigilia también han favorecido un encuentro con Dios muy fuerte para mí, y unidas a las experiencias de Lourdes, las piscinas, la oración en la gruta o el rosario, he experimentado muy intensamente el encuentro con Dios, y también con mis compañeros de la peregrinación, a quienes doy las gracias por todos esos momentos vividos estos días, porque son ellos y su actitud la que ayuda a reflexionar y orar intensamente. Y a otros jóvenes, les invitaría a que nos miraran a todos los que acabamos de venir del encuentro. Derrochamos felicidad, porque estamos llenos. Llenos de fe y de todo el cariño que nos hemos cogido en estos días. Somos la viva imagen y el ejemplo que deben ver los demás jóvenes de que merece la pena ir a contra corriente, con lo que no se lleva, y estar un poco loco.
Testimonio de Camila: Había escuchado hablar bastante de este tipo de actividades y siempre estaban allí las ganas de probar una experiencia nueva como esta, y cuando me enteré de que iba mucha gente conocida pensé ¿por qué no? Además, a medida que me fui enterando de todo lo que estaba programado para estos diez días la ilusión por ir iba aumentando cada vez más. Creo que palabras como “genial”, “maravilloso”, “perfecto” se quedan cortas para describir cómo han sido estos días, Me ha sorprendido muchísimo y para bien. Me llevo un magnífico recuerdo de todo y de todos. Es difícil elegir un solo momento y calificarlo como el mejor, pero sí hay que hacer un esfuerzo, puede que me quede con esos días en Lourdes, que han hecho que esta ciudad sea todavía más especial para mí. Un encuentro “inolvidable”. A otros jóvenes les diría que se atrevan a venir a estos encuentros, que por experiencia propia, sé que es de las mejores decisiones que pude tomar y sin duda alguna, de las que nunca se van a arrepentir.
Testimonio de Diego: Para empezar, ya había estado antes en encuentros de pastoral juvenil. Y el motivo es que es esos días (aunque las caminatas sean duras) la experiencia tanto en la fe como en otros aspectos son reconfortantes. Los días de caminata son duros pero sirven para entablar una conexión con Dios que no siempre se puede establecer en el día a día. En el resto de aspectos, tanto como con la gente, actividades, bromas, etc. Son experiencias que no se me olvidarán. Me quedo con los momentos de fe y relaciones que había entre cada uno de nosotros. Para mí este encuentro ha sido “reconfortante”.
Testimonio de Alba Rodríguez: Ya son muchos años los que llevo yendo a las actividades de verano de pastoral juvenil y pasándomelo muy bien, siempre que me apunto a estas actividades me lo paso muy bien, conozco a gente nueva, me reúno con gente que ya conocía, descubro cosas que desconocía y mejoro mi relación con el Señor, pro ello me apetecía repetir un año más. Ha sido una experiencia realmente buena, iba como muchas expectativas y se han cumplido sin duda, el grupo ha crecido lo que es algo positivo y volver a reencontrarse con amigos que has ido haciendo aquí es genial, el ambiente que ha habido estos días ha sido muy bueno y poder convivir con un grupo como este es algo especial que todo el mundo debería vivir. La experiencia de andar es algo que yo ya había probado y una vez más fue duro pero reconfortante, Barbastro y Lourdes eran lugares que desconocía pero de los que me llevo muy buenos recuerdos. Por otro lado esta ha vuelto a ser una de esas experiencias que el Señor pone en tu camino para que te encuentres con Él y estreches la relación de un modo que sólo en casa no podrías, estas experiencias te ayudan a crecer como personas y a crecer en la fe. Lo mejor ha sido la compañía, el ambiente, la gente. De estos días destacaría un momento de cosas pero si me tengo que quedar con algo me quedo con la gente que ha ido, sus palabras, sus sonrisas y sus locuras, con sus reflexiones, sus oraciones y sus sorpresas. Cada persona ha aportado algo a este encuentro de una forma u otra y eso es algo que te llena como persona y te ayuda mucho, formar una familia con personas que no conocías es algo muy bonito. Este encuentro lo resumiría con la palabra “inolvidable”. A otros jóvenes les diría que no tengan miedo, que esto no son cosas raras, son actividades donde te lo vas a pasar muy bien, vas a conocer a personas nuevas y vas a forjar lazos para toda la vida. Que vas a vivir experiencias inolvidables, que vas a entablar una relación con Dios que seguramente desconozcas, que vas a crecer a nivel personal y espiritual y vas a disfrutar mucho. Que al principio puede dar cosa pero que realmente merece la pena y que siempre te quedas con ganas de más.