Vivimos la Pasión de Cristo - Lorena Morais
¿Cómo te preparas para vivir estos días de Semana Santa?
Poniendo un poco en pausa mi vida; dejando de lado, dentro de lo posible, el ajetreo diario y tomando conciencia de lo que estos días rememoramos. Además este año tenemos la suerte de tener también Lunes, Martes y Miércoles Santo de vacaciones, así que no tengo excusas para no hacer silencio y mirar un poquito para dentro, cosa que con la rutina, a veces se nos hace un poco cuesta arriba.
¿Con quién y dónde compartes y vives tu fe estos días?
Me había autoconvencido de que este año era para mí y tenía que vivir la Semana Santa entera en Valladolid con mi familia, ya que otros años he participado en Pascuas o he viajado y nunca he podido pasar todos los días aquí; pero como Dios siempre sorprende con sus planes, viajaré a un pueblo a echar una mano al sacerdote que tiene a su cargo un par de ellos más; una manera diferente de vivir estos días y nada parecida a la planificada por mí en un principio. La viviré como a Jesús más le gustaba: sirviendo. Pero hasta que llegue el Triduo, echo una mano en casa, disfruto de las procesiones y preparo trabajos y exámenes.
¿Qué te aporta tu comunidad, grupo, movimiento o cofradía para vivir tu fe?
Me ofrece, sobre todo, constancia y fortaleza; porque solos no podemos y todos sabemos que hay días peores que otros en los que todo esto te parece una locura y tirar la toalla es la opción menos arriesgada, y ahí es donde Dios, se sirve del ejemplo y la unidad de la comunidad para hacernos ver que vamos por el buen camino porque, ¡no estamos solos!
¿Qué consejo darías a otros jóvenes para que vivan estos días de Pasión y Resurrección?
Que compaginen las procesiones con las celebraciones, sin dejar de lado estas últimas, y que las vivan profundamente, ¡porque estos días año tras año dejan una huella diferente!; y que no olviden que nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, y Dios mismo, hecho hombre, la da por ti y por mí muriendo en una cruz para demostrarnos que el mal y la muerte nunca tienen la última palabra. ¡Adelante!