Noemí Rodríguez
Se van acumulando las experiencias, los viajes, paisajes y caras. Con cada encuentro diocesano, con cada encuentro de verano, el Señor te da el ciento por uno.
Para este verano reconozco que iba con una maleta cargada, quizá de un negro pesimista, por el cansancio de un año intenso. Además con una función clara: acompañar a un grupo de adolescentes para vivir este encuentro.
Sin embargo, cada día ha sido único, de esta forma mi maleta se volvió naranja, con olor a barbacoa de Mayorga y la acogida de sus gentes. Amarilla en Segovia, pues fue el reencuentro con mi familia de la región, con hermanos en la fe, regalos de Dios en forma de musical. Y por fin un azul eléctrico, que inundó Avila. Pensé que esos días tenía que ser responsable para darme a los demás, para mostrar el rostro de Jesus. Pero fue a mi a la que enseñaron, fue a mi a quien mostraron el rostro de Cristo, a través de la sonrisa de Natalia, la alegría de María Freire, la dulzura de Estefania, el testimonio de Fran Marcos, la paciencia y espiritualidad de Miguel y Jesus. Y por supuesto, mi familia, la gente de Medina, de mi parroquia, los que me ayudan a crecer cada día: mercedes, andrea, alba, raul, Inés, maría, ricardo... con los que me emociono al ver en las personas que se están convirtiendo, pues siento cuanto tienen de Dios en su corazón.
Mi maleta, ya acolchada, como un abrazo de sergio, de maría, Álvaro,Gemma, fran.. De los goris; se iba haciendo mas grande, para poder llenarla con testimonios, de charlas, de saludos y llamadas, llamadas del Señor a convertirnos al Amor, a caminar en sus proyectos.
Hoy, ya en mi casa, vienen a mi los recuerdos, y bailar y bailar, alzar las manos para alabar a Dios. Fotos por la muralla, acompañados por nuestros sacerdotes, por nuestro obispo. Y aprender de la alegría de cada uno de los que allí hemos estado.
Solo puedo dar gracias a los que hicisteis posible este encuentro europeo de jóvenes con santa teresa. Gracias por vuestro entusiasmo y gracias a Dios, pues una vez mas vi que su amor es grande, es eterno y misericordioso.
En tiempos recios, amigos fuertes de Dios
Noemí Rodríguez Sarmentero