Testimonio voluntariado
Con motivo del año de la misericordia, unos jóvenes de Valladolid acudimos a la Residencia del Carmen para compartir un tiempo con las personas mayores. La residencia era muy grande así que nos dividimos en varios grupos para ayudar lo máximo posible. Primero acompañamos a algunos de los residentes a dar un paseo, después charlamos con ellos y, por último ayudamos en la cena a los que no podían cenar solos y a recoger las mesas. Ha sido una experiencia genial porque simplemente , al estar sentados a su lado , escuchándoles consigues sacarles una sonrisa; sólo el hecho de estar allí en la residencia y dedicarles un "hola" les hace sonreír. Porque ven en nosotros algo diferente, ven alegría, pero sobre todo ven amor. Personalmente vi a Dios en cada una de esas sonrisas, en cada mirada de agradecimiento simplemente por estar ahí y en cada persona. Es increíble como podemos darles tanta felicidad haciendo tan poco, haciéndoles sentir queridos y transmitiéndoles ese amor que los cristianos sentimos. Doy las gracias por haber tenido esta experiencia y, sin duda, repetiría mil veces.
María Freire